La inmigración y la presencia salesiana en el barrio de La Boca.

Por José Emilio Burucua e Iván Ariel Fresia1
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En los arrabales de La Boca –en la Ciudad de Buenos Aires– confluyeron por un lado, inmigrantes peninsulares de ideología mazziniana y anticlerical desde 1850 hasta la década del ‘70 y ‘80; y, por otro lado, la instalación de los Salesianos en el país a partir de 1875 como consecuencia de la búsqueda de un liderazgo espiritual alternativo para la población italiana no impregnada de los ideales laicistas del Risorgimento2. La zona del Riachuelo estaba dominada política e ideológicamente por una cierta mayoría liberal y masónica que hacía imperiosa una respuesta cultural destinada a contrarrestar su influencia. Por algo sería que La Boca también era llamada “Bocca del diavolo”3.
El fraile franciscano Anselmo Chiannea, que atendía espiritualmente la zona desde 1868, informaba al ministro general de su Orden en 1870 sobre la precariedad de la situación antes de la llegada de la Congregación salesiana al barrio, así como la necesidad de asistencia espiritual a los inmigrantes: (…) “a una legua de distancia de la ciudad, donde existe una población de diez mil habitantes, casi todos italianos, que viven en aquel lugar o nueva población denominada la Boca, sin iglesia alguna ni capilla, y hasta casi sin Dios y sin religión, y donde en tiempo del cólera-morbo la gente se moría como irracionales privada de los sacramentos”4.
Hacer algo diferente
El 14 de diciembre de 1875, los salesianos de Don Bosco desembarcaron en el puerto de Buenos Aires, gracias a las gestiones del Arzobispo de Buenos Aires Federico Aneiros y del cónsul argentino en Savona, Juan Bautista Gazzolo. Los nuevos misioneros bajo la dirección del padre Juan Cagliero fueron instalados en la iglesia de la Mater Misericordiae, perteneciente entonces a la Cofradía María Santísima de la Misericordia5. La llegada de los misioneros salesianos a Buenos Aires estuvo asociada, entre otros motivos, a la necesidad de disipar la mala opinión del pueblo y las élites locales sobre los sacerdotes italianos seculares, considerados “verdaderos lobos, escandalosos, avaros, simoníacos, que tienen todos los vicios”6, según escribía Don Baccino al propio Don Bosco el 16 de marzo de 1876.
La cuestión no era sólo religiosa o de ribetes exclusivamente éticos; se trataba también de un problema político en la medida en que las acciones de socialistas y masones podían alterar profundamente el orden social en la ciudad. Tal cual lo habían demostrado conflictos como el ataque de unas tres mil personas, salidas de La Boca en 1874, contra el Arzobispado, iglesias y conventos del centro de la ciudad, acciones coronadas por el incendio del Colegio del Salvador en 18747. La masonería no se limitaba a las logias formales, sino que dominaba algunas instituciones boquenses bien instaladas, como la sociedad de Socorros Mutuos Giuseppe Verdi y el cuerpo de Bomberos Voluntarios. Lo cierto es que, si bien en la mente de Don Bosco el punto principal de las misiones salesianas era el proceso de evangelización de los pueblos originarios de la Patagonia, los salesianos recién llegados al país o poco después de 1875, se ocuparon en principio de la asistencia espiritual de los migrantes italianos en Buenos Aires y San Nicolás de los Arroyos. Téngase en cuenta, en el mismo sentido, que ya en 1865 Don Bosco mostró su interés hacia los italianos en la Argentina al solicitar su inscripción a la Sociedad “Unione e Benevolenza” de Rosario8.
Un gran regalo
Hasta 1870 la atención religiosa de los habitantes de La Boca se había ejercido desde la parroquia de San Pedro G. Telmo9. Aquel año, la capilla boquense había quedado en permanencia a cargo del presbítero Fortunato Marchi, quien logró convertirla más tarde en sede parroquial. Tras la llegada de los salesianos, y por disposición del arzobispo Aneiros, Marchi traspasó esa parroquia en 1877 al padre salesiano Francisco Bodratto, hasta entonces encargado de la Mater Misericordiae. En realidad, Bodratto mantuvo ese cargo en la Mater y fue necesario que otro salesiano, el padre Tadeo Remotti asistiera a los feligreses del barrio durante la semana10.
Los salesianos dominaban obviamente la lengua italiana y, al mismo tiempo, alguno de los dos grandes dialectos hablados por los inmigrantes según su región de origen: el piamontés y el ligur. Pero tenían grandes inconvenientes con el español. Cagliero insistía ante Don Bosco en la necesidad de que los salesianos aprendiesen el español y afirmaba que ignorarlo “les desagrada a los de aquí”11.
El mismo Cagliero en 1876 había mantenido una entrevista con el Arzobispo de Buenos Aires Federico Aneiros, espantado por las “escapaditas” del salesiano al barrio terrible de La Boca. Aneiros exclamó: “Ya que Ud. persiste en querer ir a la Boca, yo le encomendaré aquella Parroquia, en donde hasta hoy no fue posible establecer el ejercicio del culto y del sagrado ministerio”. Cagliero agradeció al prelado con las siguientes palabras: “Es precisamente para estos nuestros italianos e hijos de italianos que Don Bosco nos ha enviado. En nombre de nuestro fundador y Padre yo le doy las gracias, Vuestra Excelencia, y comunicaré a Turín el hermoso regalo que quiere hacernos”12.
El “dinámico” padre Bourlot
El 2 de febrero de 1879 asumió como párroco el “dinámico” Esteban Bourlot. Con la llegada de Bourlot a La Boca hubo nuevas iniciativas apostólicas como el colegio María Auxiliadora para niñas –1879–, dos cofradías, una sociedad católica de socorros mutuos –1884– y por último, desde 1892, la publicación del Cristoforo Colombo, un semanario bilingüe que llegó a tener tres mil ejemplares de tirada; el periódico fue impreso y distribuido desde el Colegio San José de Rosario a partir de 189613.
Bourlot procuraba además establecer lazos firmes con el laicado católico, se tratase de los líderes de la comunidad como los miembros de las familias Cichero, Fazio y Stagnaro, o bien de instituciones civiles del barrio como la sociedad Ligur de Socorros Mutuos, la Unión de La Boca, cuya banda municipal solía participar en las procesiones del Corpus o de la Inmaculada14. El enfrentamiento entre salesianos y anticlericales –masones y anarquistas– se extendió mucho más allá de los pequeños triunfos religiosos de los años noventa15. No sólo el Cristoforo Colombo, fundado por el párroco Bourlot, y su continuación editorial, el periódico La Verdad, creado en 1907 por el salesiano Valentín Bonetti contienen textos reveladores de una larga perduración de aquel conflicto16, sino que esta oposición aparece también en los rendicontos de salesianos en ocasiones inverosímiles.
Este texto pertenece a una serie de tres artículos que se publicarán durante el año en el Boletín Salesiano.
- José Emilio Burucúa, miembro de
- DEVOTO, Fernando, Storia degli italiani in Argentina, Roma: Donzelli, 2007, p. 138-140.
- BELZA, Juan, En la boca del Riachuelo. Síntesis biográfica del sacerdote salesiano Don Esteban Bourlot, Buenos Aires: Librería Don Bosco, 1957, p. 23-25.
- BRUNO, Cayetano, Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina, Volumen I, 1975- 1984, Buenos Aires: Instituto Salesiano de Artes Gráficas, 1981, p. 83.
- BRUNO, Cayetano, Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina, op.cit., p. 43.
- Carta de Don Giovanni Battista Baccino a Don Bosco, 16 de marzo de 1876, citado en: DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, op.cit., 139.
- DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, p. 129-130
- DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, p. 140. ROSSOLI, Gianfausto, “Iglesia, Ordenes y Congregaciones Religiosas en la experiencia de la Emigración italiana en América Latina”, en: Anuario del IESHS, nº 12 (1997), p. 241.
- BRUNO, Cayetano, Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina, op.cit., p. 89.
- Crónica de la Iglesia Parroquial y Colegio San Juan Evangelista- La Boca. Buenos Aires-Argentina. 1877-1935, año 1877, p. 8
- Carta de Cagliero a Don Bosco, 5 marzo 1877, citada en DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, p 142
- Crónica de la Iglesia Parroquial y Colegio San Juan Evangelista- La Boca. Buenos Aires-Argentina. 1877-1935, año 1884, p.12.
- DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, p. 143.
- DEVOTO, Fernando J., Storia degli italiani in Argentina, p. 143-144.
- DEVOTO, Fernando J., «Catolicismo y anticlericalismo en un barrio italiano de Buenos Aires (La Boca) en la segunda mitad del siglo XIX», en: Estudios Migratorios Latinoamericanos, No 14 (abril de 1990), págs. 181-208, especialmente p. 204-208.
- La Verdad, Año XII, n 22, 1 de noviembre de 1918.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ABRIL 2025