Película: Si supieras (2020)
Dirigido por: Alice Wu
Disponible en: Netflix
Por Javier Santos Rodríguez
javiersantosrod1981@gmail.com
Antes de iniciar esta reflexión, tendremos que evocar primero una obra de teatro francesa que tuvo mucho éxito en su momento -a fines de siglo XIX-, y a lo largo de las centurias. Se trata de Cyrano de Bergerac, la obra de Edmond Rostand, dramaturgo francés que se basó en la vida de un poeta del siglo XVII para escribir una historia de amor secreto.
Esta historia fue llevada al cine de varias maneras. “Si supieras” hace uso de ella de manera nueva, actual, contemporánea. La película toma la idea inicial de Cyrano para desarrollar distintos tipos de vínculos amorosos, distintas relaciones interpersonales donde todos pierden algo, pero también ganan cuando descubren un poco más sobre ellos mismos.
¿Cuántas formas de afecto conocemos? ¿Existe solamente una sola forma de amor? El amor de pareja, el amor no correspondido, el amor de la amistad, el amor platónico, “el amor” de la apariencia o del interés, el amor del corazón, el amor a los padres, el amor a los hijos. Todas estas figuras de amor se proyectan en Si supieras.
En la trama se entretejen distintos tipos de vínculos, la riqueza en las variantes consigue en el espectador empatía en cada situación y con cada personaje.
Reflexionando un poco, la película pone en juego el discernimiento del “yo” en relación con el otro, hasta dónde el amor es genuino, y hasta dónde interesado o un simple vestido o carnet para pertenecer a un club, a una apariencia social.
Además, expone la autenticidad de los personajes, con sus debilidades y virtudes, con su expresión de amor desde el lugar que les toca. Ser auténtico con uno mismo nos lleva a ser auténticos con quienes queremos.
También el film nos trae sin decirnos un poco a Platón, un poco a la relación entre verdad -del griego aletheia, desocultamiento- y la apariencia. Es un film que nos hace pensar el amor como una forma de verdad y de camino al encuentro. El amor no solo como algo erótico, sino como la más tierna forma de amistad.
Quien verdaderamente se juega por amor, por amistad, por el otro, aunque pueda salir lastimado, no habrá perdido su forma de amar. Es eso lo que nos define como personas.
BOLETÍN SALESIANO DE ARGENTINA – ENERO 2025